El prohibicionismo hiberna entre los articulados de la regulación. Y así parece demostrarlo por lo ocurrido en Quebec (Canadá) ayer viernes, donde el Supremo Tribunal de Justicia prohibió el cultivo doméstico de cannabis, en detrimento de los derechos de ciudadanos y ciudadanas, y a favor de la industria.
Otro tanto ocurre en nuestro país, tras los distintos intentos de perforar la ley de regulación y sus garantías, como por ejemplo el a medias sorteado artículo 72 de la rendición de cuentas, o el alto y exagerado punitivismo propuesto por la Ley de Urgente Consideración. Pero también en las comprobadas denuncias de los licitantes de los cultivos para el Estado y las farmacias, hacia sectores tradicionales y minoritarios, que nutren el mercado gris de flores y derivados en nuestro pequeño país.
Es bueno aclarar, en todo caso, que la separación entre el capital inversor y las mencionadas minorías, el primero como «sujeto digno» de participar del mercado regulado, y el segundo como «grupo digno» de persecusión y cárcel, no es patrimonio exclusivo ni de derecha ni de izquierda, y que más bien ambas no han logrado superar la visión del Estado punitivista e interventor respecto a las acciones privadas, y el derecho al desarrollo económico de la ciudadanía.
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Tribunal Supremo de Canadá confirma prohibición de cultivar cannabis en casa en Quebec
Nota de La Nación publicada el 14 de abril de 2023.
El Tribunal Supremo de Canadá ratificó el viernes una ley de la provincia de Quebec que prohíbe a los ciudadanos cultivar su propio cannabis en casa.
Los detractores de la ley habían argumentado que la resolución iba en contra de la legislación federal, que permite plantar unas pocas plantas para uso personal.
La decisión, unánime, mantiene el monopolio del gobierno de Quebec sobre la venta de cannabis en la provincia.
«Al perseguir objetivos de salud y seguridad públicas, el poder legislativo de Quebec tiene jurisdicción para prohibir la posesión y el cultivo de cannabis (en casa) con fines personales», dice un resumen de la sentencia.
El presidente del Tribunal Supremo, Richard Wagner, escribió en la propia decisión que la prohibición era «un medio de dirigir a los consumidores hacia la única fuente de suministro considerada fiable y segura».
Esto, dijo, garantiza «el control de calidad de los productos ofrecidos, la educación sobre los riesgos del consumo de cannabis y el cumplimiento de las normas sobre la edad mínima para comprar cannabis», entre otras cosas.
También dijo que tanto la ley federal como la prohibición de Quebec comparten el mismo objetivo, que es socavar y eventualmente desplazar el mercado negro de cannabis.
Canadá se convirtió en la segunda nación en legalizar el cannabis recreativo, después de Uruguay, en octubre de 2018, dando origen a una nueva industria de cultivo y venta al por menor.
La ley federal permitía también la posesión y el cultivo de hasta cuatro plantas de cannabis para uso personal.
Sin embargo, la capital Ottawa dejó en manos de las provincias la regulación de cuestiones prácticas como la forma en que la hierba puede ser almacenada y vendida.
Así, aparecieron portales en línea públicos y privados y tiendas físicas en todo el país, a medida que cada provincia implementaba su propio marco de venta minorista de marihuana.
Quebec optó por poner el cannabis a disposición de los consumidores solo a través de tiendas gubernamentales.
Un residente local llevó el caso ante los tribunales por primera vez en 2019, argumentando que la prohibición del cannabis de cosecha propia contradecía la ley federal.
Un tribunal dictaminó inicialmente que la prohibición era inconstitucional, pero eso fue anulado en apelación antes de que el Tribunal Supremo emitiera su dictamen.