El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, impulsará una transformación del sistema penal del país que repercutirá en México y en todo el mundo. Aquí una revisión de Anabel Hernández a la propuesta del demócrata.
En unas semanas comenzará el gobierno de Joe Biden como el 47º Presidente de Estados Unidos luego de un triunfo histórico en la elección del 6 de noviembre, en la que gracias al voto de jóvenes y mujeres, principalmente, se le arrebató al partido Republicano la Presidencia incluso en el estado de Arizona, uno de los bastiones más conservadores, anti inmigrantes y racistas de ese país.
El papel de los jóvenes que votaron por primera vez e inclinaron la balanza en todo el país, pero particularmente en Arizona, pienso que marcará un antes y un después. Es claro que quieren participar más activamente en las decisiones públicas y que las políticas gubernamentales tendrán que responder a esas demandas.
En julio pasado, Biden y su compañero de partido Bernie Sanders, presentaron ante el Comité Nacional Demócrata un documento de 110 páginas llamado «Recomendaciones del equipo Biden-Sanders» en el que se incluyen reformas de leyes y políticas públicas que se comprometieron a impulsar junto con su partido de ganar las elecciones presidenciales. En estricto sentido, es un listado de compromisos de campaña que debería impulsar y cumplir Biden cuando asuma la Presidencia. Y hasta ahora es poco conocido.
Uno de los capítulos del documento que me pareció más importante es el titulado «Protegiendo comunidades reformando nuestro sistema de justicia criminal», porque conlleva un cambio de paradigma que de concretarse tendrá un fuerte impacto no solo en Estados Unidos sino en México, América Latina y el mundo. Biden propone una reingeniería en el sistema penal y un cambio radical en la visión de la llamada «guerra contra las drogas» iniciada por Richard Nixon en 1971, la cual se basaba en la persecución y criminalización de los consumidores.
Estas propuestas serán objeto de análisis de esta colaboración en las próximas semanas y meses, pero aquí expongo cinco puntos que me parecen los principales y que conllevarían un enfrentamiento de Biden con el conservadurismo de EE. UU.:
1. Terminar con el encarcelamiento masivo de personas en Estados Unidos y eliminar las prisiones y centros de detención privados, incluso aquellas destinadas a «delitos de migración». De acuerdo a un artículo publicado por el diario de Argentina Página 21, hay al menos cien cárceles privadas en la Unión Americana.
Durante décadas la privatización de las prisiones genera millones de dólares de ganancias a los emporios que las construyen y administran, los cuales requieren de una cuota de ocupación mínima para ser redituable.
«Los Demócratas sabemos que podemos poner fin a la era de encarcelamiento masivo y reducir drásticamente la cantidad de estadounidenses detenidos en cárceles y prisiones mientras continuamos reduciendo las tasas de criminalidad… Este es el momento de reducir el racismo sistémico en nuestro sistema de justicia penal y nuestra sociedad y reinventar la seguridad pública».
De acuerdo al documento, la población afroamericana representa en el país el 12 por ciento de la población, pero en las cárceles es el 33 por ciento de los prisioneros. Los latinos, en su mayoría de origen mexicano, son el 16 por ciento del total de población, pero son el 23 por ciento de los encarcelados.
2. Eliminar el pago de fianzas en efectivo. En el escrito se afirma que una buena parte de esos detenidos es por delitos que alcanzaban fianza, pero debido a la pobreza de los acusados, en vez de pagar la fianza, tienen que ir a prisión.
Propone crear otros mecanismos para asegurar que los detenidos por delitos menores puedan seguir el proceso fuera de la cárcel.
3. Sancionar de manera real los abusos policiales individuales y sistémicos, homologar en todo el país el uso de cámaras de video en los uniformes de policías como un mecanismo de transparencia y rendición de cuentas, y disuasivo de abuso de la fuerza.
«La brutalidad policiaca es una mancha en el alma de nuestra nación. Es inaceptable que millones de personas en nuestro país tengan razones para temer perder la vida en una revisión de tráfico rutinaria, o mientras están parados en una esquina… Es inaceptable que los padres negros deban tener «la plática” con sus hijos para tratar de protegerlos de los mismos oficiales de policía que se supone deben jurar protegerlos y servirlos».
Antes de presentar la propuesta de Biden-Sanders el país había sido sacudido por furiosas protestas multitudinarias por el homicidio en público de George Floyd a manos de policías en Minneapolis.
4. Abolir la pena de muerte a nivel federal e incentivar a los estados a seguir el ejemplo federal. De 50 estados y el distrito de Washington, en 18 estados la pena de muerte es vigente y al menos en cinco de ellos, entre los cuales está Arizona, se ejecuta frecuentemente.
5. Cambio radical en los paradigmas de la «guerra contra las drogas». Biden prometió despenalizar el uso medicinal de la marihuana a nivel federal, eliminar dicha droga de la lista de delitos por los cuales un migrante puede ser deportado a su lugar de origen, eliminar automáticamente todas las condenas anteriores por su uso y posesión, y permitir que los estados tomen libremente sus decisiones sobre la legalización del uso recreativo de dicha droga.
De hecho, esta parte de la propuesta ya fue aprobada por el Congreso de Estados Unidos el 4 de diciembre pasado gracias a la mayoría Demócrata. Aunque aún falta que sea aprobada por el Senado para entrar en vigor. Eso significaría que el uso de la marihuana medicinal sería legal en 34 estados, mientras que ya es completamente legal el uso medicinal y recreativo en 11.
«Ya es hora de poner fin a la fallida guerra contra las drogas que ha encarcelado a millones de estadounidenses, desproporcionadamente personas de color, y no ha sido eficaz para reducir el consumo de drogas. Los Demócratas apoyan políticas que reorientarán nuestro enfoque de seguridad pública hacia la prevención».
Si se confirma la ley, será un cambio importante en la vida de los estadounidenses y tendrá impacto sin duda en México, en el que el intercambio cultural y prácticas sociales es constante y masivo.
Colorado fue el primer estado en legalizar el uso recreativo de la marihuana en 2012 (medicinal desde el 2000). Pero si una autoridad federal presenciaba la posesión y/o consumo aún podía actuar legalmente contra la persona.
De acuerdo a un artículo del New York Times publicado en 2019 por Jack Healy, el balance de los primeros años de legalización en Colorado aún es confuso. Según el reporte, desde que comenzó la venta recreativa de marihuana en 2014 «más gente ha ido a parar a las salas de urgencias del estado debido a problemas vinculados con el consumo» y «los hospitales reportan índices más elevados de casos de salud mental» relacionados con el uso de dicha droga.
Así mismo, cita el periodista, la cantidad de adultos que fuman mariguana es en promedio el doble que en el resto del país. Y en base a sus entrevistas señaló que «los riesgos de la adicción a la marihuana son reales y están siendo ignorados».
En contra parte «los delitos menores derivados del uso de la marihuana han disminuido» aunque en la fecha de la publicación aún seguía siendo la gente de color la que más a menudo es arrestada. Mientras unos opinaron que no se veían las calles invadidas de gente desquiciada por el consumo, otros señalaron su malestar de que el primer olor que aspiran al salir de sus casas es el de marihuana, aunque ellos directamente no son consumidores.
De acuerdo a diversas conversaciones con personas vinculadas al narcotráfico, abogados de traficantes, recicladores de dinero y autoridades en la materia, se sabe hasta ahora que las finanzas de los Carteles de la droga mexicanos no han sido afectadas por la legalización de la mariguana en algunas partes de Estados Unidos, ya que la constante diversificación de productos y la tendencia a drogas sintéticas, incluyendo una pastilla que imita los efectos de la marihuana pero tiene un mucho menor costo que la legal, les permite seguir siendo poderosos. Sin embargo, no hay claridad de qué efecto tendrá la legalización nacional propuesta por Biden, ni qué impactos tendrá en el crecimiento del consumo de drogas que siguen siendo un negocio para los Carteles.
Los cinco puntos señalados tendrán un importante impacto a corto y mediano plazo en ese país, particularmente en los jóvenes que votaron por Biden. ¿Cuál será el balance final?
Link al original: Biden promete cambiar el enfoque histórico de «guerra contra las drogas» en EE. UU.